Pajarillos trinando
Si venías buscando
florecillas de colores en un mar de nubes blancas,
no vengas, no, aquí,
que mis palabras retozan en mi lengua desatada,
que mi boca es un volcán y mi saliva es lava,
mi corazón es piedra reventada y mi sangre
es el fulgor en un río desbordado.
Si venías buscando
pajarillos trinando y revoloteando entre las ramas,
no entres, no, aquí,
que mis pájaros son buitres leonados que entonaron
su más dulce canción en la jaula de mis manos,
deteniendo en mi regazo el salvaje plumaje,
y olvidaron ya su sombra levantada.
Mi ojo es de huracán
y soplo vientos, respiro tempestades y alimento
un mar encabritado.
No vengas a buscar palabras planas ardientemente,
que en mi ardiente mente ellas nunca se detienen,
porque el mar embravecido de mi lava lava
su textura primorosa y las desnuda.
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